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En la era digital en la que vivimos, la firma electrónica se ha convertido en una herramienta fundamental para el intercambio de información y la realización de transacciones en línea, sobre todo teniendo en cuenta que hoy en día realizamos una inmensa cantidad de transacciones comerciales vía online.
Gracias a su validez legal y su capacidad para proporcionar seguridad en los documentos electrónicos, la firma electrónica no solo ha ganado popularidad en el mundo empresarial y jurídico, sino que se ha convertido en la mejor opción para una gran variedad de usos.
La esencia de la firma electrónica, como se puede deducir sólo por su nombre, reside en la tecnología, y esta se traduce en ventajas que hacen de esta herramienta uno de los servicios de confianza imprescindibles que cualquier empresa debe implementar en su día a día. En este artículo vamos a ver cómo 5 aspectos técnicos se traducen en las ventajas que caracterizan a la firma electrónica.
Hoy por hoy es una solución que ya está ayudando a muchas empresas en sus tareas administrativas y de gestión contractual. Y así puede ayudar también a ahorrar en personal.
Identificación y autenticación sólidas con criptografía
Uno de los aspectos clave de la firma electrónica es su capacidad para identificar y autenticar a los firmantes. La firma electrónica utiliza técnicas criptográficas avanzadas para asegurar que el firmante sea quien dice ser, evitando así cualquier intento de suplantación de identidad.
Los algoritmos criptográficos utilizados en la firma electrónica generan claves únicas para cada firmante, lo que garantiza la integridad y la autenticidad de los documentos firmados electrónicamente.
La criptografía no es algo nuevo. Diferentes tipos de sistemas de cifrado y descifrado se llevan utilizando a lo largo de los siglos. Sin embargo, la era informática nos trajo máquinas capaces de trabajar con sistemas de codificación mucho más avanzados.
Las claves generadas por medio de los algoritmos de encriptación son únicas, y eso permite que sea posible identificar de forma única y fehaciente al usuario.
Integridad del documento con sello de tiempo
La integridad de los documentos es otro factor esencial para la validez legal de la firma electrónica. La firma electrónica utiliza funciones de resumen criptográfico, también conocidas como hash, para crear un código único que representa el contenido del documento.
Este código se adjunta a la firma electrónica y cualquier modificación en el documento, por mínima que sea, generará un hash completamente diferente, lo que garantiza que el documento no ha sido alterado después de su firma. De alguna forma, se puede decir que ese hash es una especie de carnet de identidad que identifica al documento de manera única.
Aunque visualmente un cambio en un documento podría no ser detectable para un ojo humano, ese archivo contará con un «carnet de identidad» diferente. Y desde un punto de vista técnico, será como decir a los cuatro vientos que ese documento se ha manipulado.
Además, la asignación de un sello de tiempo, que vincula un documento o una firma a un momento preciso con fecha y hora, hace que cualquier modificación rompa dicho sello, asegurando la integridad y no modificación del documento.
No repudio gracias a la clave pública única
La firma electrónica también ofrece una protección contra el no repudio, lo que significa que los firmantes no pueden negar posteriormente su participación en la firma de un documento. Esto se logra a través del uso de claves criptográficas privadas que sólo el firmante posee.
Estas claves son utilizadas para generar la firma electrónica y están vinculadas a la identidad del firmante de manera única. Como resultado, cualquier intento de negación por parte del firmante puede ser refutado mediante la verificación de la firma electrónica y la correspondiente clave criptográfica.
Por medio de criptografía, se generan claves para un usuario, una privada y una pública. Y estas están relacionadas entre sí. La clave privada la tiene únicamente el usuario, y con esta puede asignar una clave pública a cualquier archivo o combinación de datos.
De esta forma, un documento que cuenta con una determinada clave pública, ha tenido que ser firmado precisamente por el usuario que tiene la clave privada asociada a esta.
Es como si dicho usuario tuviera un bolígrafo con una tinta única y reconocible. El bolígrafo es la clave privada, y la firma que hace con el bolígrafo es la clave pública.
Cualquiera que vea un documento con dicha firma podrá confirmar quién lo ha firmado, porque solo existe una persona que tiene un bolígrafo con dicha tinta. Por ello, el firmante no puede repudiar el documento, pues solo él tiene dicho bolígrafo con esa tinta única.
Tecnología de cifrado para un acceso único con clave privada
La seguridad de los datos es una preocupación constante en el entorno digital, y la firma electrónica no es una excepción. La firma electrónica utiliza técnicas de cifrado para proteger la información sensible contenida en los documentos firmados.
Los algoritmos de cifrado utilizados en la firma electrónica son altamente seguros y se basan en claves criptográficas que garantizan la confidencialidad de los datos. Esto significa que sólo los destinatarios autorizados pueden acceder a la información contenida en el documento firmado.
Funciona de forma inversa al no repudio. El usuario de origen firma con la clave pública del destinatario el documento. Como la clave privada solo la tiene el destinatario, nadie más puede abrir ese documento.
Es como si el destinatario tuviera un buzón en su domicilio, y la dirección del domicilio fuera la clave pública. Todo el mundo puede acceder y dejar contenido en el buzón, porque la dirección es una clave pública.
Pero solo el que tiene la llave para acceder al buzón tiene la clave privada, y solo él puede abrir el documento. Así funciona el cifrado por firma electrónica, siendo solo el destinatario quien puede abrir los contenidos cifrados.
Cumplimiento normativo según el Reglamento eIDAS
La firma electrónica tiene un sólido respaldo legal gracias al Reglamento eIDAS (Reglamento (UE) Nº 910/2014), que establece un marco normativo para la identificación electrónica y los servicios de confianza en transacciones electrónicas en el ámbito de la Unión Europea.
La firma electrónica que cumple con los requisitos establecidos por el Reglamento eIDAS tiene el mismo valor legal que una firma manuscrita, lo que brinda a las empresas y a los individuos la tranquilidad de que sus transacciones electrónicas tienen validez jurídica.
Aunque en esencia la tecnología de la criptografía podría ser aplicada de diferentes formas para asegurar que una firma electrónica aporta identificación única del individuo, no repudio y cifrado, y que esta tecnología podría ser perfectamente válida para utilizar por parte de cualquier empresa, e incluso tener validez legal si un juez así lo estima, lo cierto es que cumplir con el Reglamento eIDAS da una validez jurídica automática en todo el territorio de la Unión Europea.
Y no solo eso, sino que al tratarse de uno de los reglamentos más restrictivos respecto a la identificación electrónica y los servicios de confianza en transacciones comerciales, también se le confiere un gran valor en territorios exteriores.
En resumen, la firma electrónica ofrece una serie de ventajas técnicas que la convierten en una herramienta fundamental para la validez legal y la seguridad en el entorno digital. La identificación y autenticación sólidas, la integridad del documento, la protección contra el no repudio, la tecnología de cifrado y el cumplimiento normativo son solo algunas de las cualidades que convierten a la firma electrónica en el modo perfecto de cumplimentación de documentos y transacciones hoy en día.
Al confiar en los servicios de confianza y firma electrónica ofrecidos por Signaturit, las organizaciones pueden garantizar la integridad, autenticidad y validez legal de sus documentos electrónicos, brindando una mayor seguridad y eficiencia en sus operaciones diarias.