Tabla de contenidos
Sin duda, la responsabilidad social corporativa (RSC) está ocupando, cada vez más, una posición destacada dentro del debate que rodea a la gestión empresarial en el siglo XXI.
Y es que la preocupación creciente por la situación medioambiental del planeta, así como el impacto que las empresas tienen en la sociedad y en sus propios trabajadores (para bien o para mal), no puede desconocerse.
De este modo, inevitablemente, las acciones y decisiones de cualquier compañía van a tener efectos en su círculo más próximo (trabajadores, clientes, proveedores y accionistas), pero también en un nivel más amplio. De ahí que el interés por conocer, comprender y mejorar este impacto sea cada vez más generalizado.
En cualquier caso, antes de ver posibles aplicaciones de medidas de RSC, es imprescindible partir de una definición básica de este concepto.
Qué es la responsabilidad social corporativa (RSC)
La responsabilidad social corporativa (RSC) es un término que se utiliza para describir el modo en que las empresas tienen en cuenta el impacto de sus actividades en la sociedad, especialmente en un sentido ético y medioambiental.
En pocas palabras, se trata de que las compañías sean conscientes de dicho impacto y asuman su responsabilidad de una forma proactiva y eficaz.
Esto puede implicar, en el ámbito externo, medidas como las siguientes:
- Reducción de la contaminación.
- ♻️ Minimización de los residuos.
- Apoyo a las comunidades locales.
- Adopción de medidas éticas y de transparencia.
Pero también a nivel interno puede ejercerse la RSC. Por ejemplo, incorporando beneficios sociales para los trabajadores o sus familias, flexibilizando la jornada laboral y, en general, mejorando las condiciones de trabajo.
Indudablemente, en los últimos años ha aumentado la presión sobre las empresas para que adopten políticas de responsabilidad social corporativa, ya que tanto los gobiernos como los consumidores se preocupan más por el impacto ético y medioambiental de la actividad económica.
Una vez aclarado qué es la RSC, veamos algunos de sus beneficios más tangibles.
Beneficios de adoptar acciones de RSC
Los principales beneficios de la responsabilidad social empresarial (o corporativa) son los siguientes:
- Contribuir a la consecución de grandes objetivos sociales o medioambientales. Entre otros, a la reducción de la contaminación y a la lucha contra el cambio climático, a la reducción de la pobreza, el fomento del desarrollo, la defensa de los derechos humanos, etc.
- Mejorar la imagen de marca o la reputación empresarial. Indudablemente, una política de RSC bien diseñada e implementada debería reflejarse, indirectamente, en una percepción más positiva de la compañía o de la marca por parte del público.
- Mejoras de productividad y atracción de talento. La adopción de medidas internas de RSC como la implantación de servicios de comedor o guardería, la flexibilidad horaria, la adopción del teletrabajo, etc., puede incidir directamente en una mayor satisfacción y productividad de los trabajadores. Consecuentemente, será más fácil atraer y retener el talento.
- Mayor satisfacción del cliente. Como decíamos, el consumidor se preocupa cada vez más por el impacto social y medioambiental que tienen los productos y servicios que consume, así como por el compromiso ético de las empresas. Indirectamente, esto puede reflejarse en un incremento de las ventas.
- Reducción de costes. Esto se producirá, fundamentalmente, gracias a la mayor satisfacción de los empleados, que se reflejará en:
- Una menor necesidad de realizar procesos de selección para cubrir la rotación de personal.
- Menores gastos por bajas médicas, al facilitarse la conciliación o mejorarse el ambiente laboral.
- Otros ahorros, como los que pueden producirse si se limita el micromanaging (al ofrecer mayor autonomía a los trabajadores), la reducción de gastos fijos de oficina (si se implanta el teletrabajo o si se implanta la oficina paperless), etc.
Cómo incorporar la RSC en un negocio
Como es lógico, no existe una única receta, universalmente válida, para incorporar la responsabilidad social corporativa a una empresa.
Así, cada compañía debería hacer una evaluación seria, meditada y rigurosa de cuál es su impacto social y medioambiental y en qué ámbitos podría actuar para mejorar dicho impacto.
De todos modos, algunas de las áreas en las que puede actuarse serían las siguientes:
- Implantación de la oficina sin papel. Evidentemente, el ahorro de papel, la reducción de costes de impresión y la limitación de los envíos y transportes, tienen un enorme impacto medioambiental.
- Creación de programas de acción social o medioambiental externos, al margen de la actividad ordinaria de la empresa.
- Diseño de una línea de productos o servicios dirigidos a algún sector de la población con necesidades especiales. Por ejemplo, tener en cuenta las necesidades de las personas celíacas o de quienes tienen problemas de movilidad o de visión.
- Uso de energías renovables en las instalaciones de la compañía.
- Implantación de prácticas de reciclaje dentro de la empresa.
- Creación de programas sociales para empleados (guarderías, comedores, becas, etc.).
- Mejora de las condiciones laborales (salarios, días libres, flexibilidad horaria, ergonomía en el puesto de trabajo, etc.).
- Diseño e implantación de un código de conducta y de políticas de gobierno corporativo basadas en la ética y la transparencia.
Por supuesto, después de la implementación de las medidas de RSC que se decidan, es imprescindible hacer un seguimiento continuo, evaluar resultados periódicamente y adoptar medidas correctoras si se necesitan.
Por último, siempre es importante comunicar adecuadamente hacia el exterior el contenido de los programas de RSC y sus resultados.
Signaturit y la responsabilidad social corporativa
Además de impulsar directamente acciones de responsabilidad social corporativa a nivel interno, la propia actividad de Signaturit proporciona herramientas para que otras empresas cumplan sus iniciativas de RSC.
En este sentido, es, sobre todo, el aspecto medioambiental el que más se puede beneficiar de nuestros productos y servicios.
Así, promovemos la cultura paperless al desarrollar herramientas de firma digital que permiten minimizar el uso de papel y reducir los gastos de impresión y transporte, con un impacto directo en la huella de carbono. De hecho, tan solo nuestros clientes han ahorrado 900 toneladas de CO2 gracias a la adopción de la firma electrónica.
De este modo, con un coste muy competitivo y sin necesidad de conocimientos técnicos, cualquier empresa puede contar con este tipo de firma ecológica para incorporarse a la «oficina sin papel» de forma muy sencilla.
Además, la utilización de esta tecnología no solo beneficia al medio ambiente, sino que permite reducir tiempos de tramitación, automatizar procesos, ahorrar costes, reducir el uso de espacio físico y ganar en seguridad.
Por otra parte, en este proceso de digitalización y eliminación del papel, se hace muy recomendable contar también con un buen software de gestión documental como el que ofrece Signaturit. De este modo, pueden concentrarse todos los archivos en un único punto, automatizando la gestión y optimizando los procesos internos.
Así, esta herramienta permite:
- Almacenar, catalogar, proteger y localizar de forma sencilla toda la documentación corporativa.
- Centralizar los recursos de la organización en un único punto colaborativo y reducir el tiempo diario dedicado al intercambio de información.
- Reducir las tareas manuales de clasificación o etiquetado de documentos y agilizar los procesos internos de gestión.
En definitiva, la responsabilidad social corporativa (RSC), tanto a nivel interno como externo, está destinada a ocupar un lugar cada vez más destacado dentro de las políticas de cualquier empresa u organización.
Y es que, además de los obvios beneficios en cuanto a percepción social de la marca, puede tener un impacto muy elevado en la satisfacción de los empleados, la atracción y retención de talento y, en último término, la productividad.