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Puede ser una excusa para no pagar, una artimaña para alargar un proceso judicial, o también quizás sea la pura verdad, pero lo cierto es que a más de una empresa, banco o compañía de seguros les ha ocurrido alguna vez que un cliente o proveedor no reconoce su firma en un contrato.
O también puede darse la situación contraria: que una persona asegure ser el firmante de un acuerdo cuando en realidad no lo es.
¿Qué ocurre en estas situaciones? Lo habitual cuando se cuestiona la autoría de una firma es que el asunto entre en el terreno judicial por la vía civil. Aunque, en algunos casos, sobre todo cuando lo que se reclama es un importe monetario, se suele acudir a la vía penal alegando un delito de falsedad documental.
Y la cuestión final ante los tribunales es: ¿quién ha firmado en realidad el contrato? Para determinar la identidad del firmante en los casos de impugnación de contratos entra en escena el perito calígrafo, quien analizará la firma dudosa y realizará una prueba pericial caligráfica para descubrir al verdadero autor de la firma.
En este post queremos hablar del trabajo de un perito calígrafo y de cómo se analiza una firma, ya sea manuscrita o electrónica, para verificar la identidad de un firmante en caso de litigio.
¿Es realmente posible alterar una firma?
Según explica Ana Tapia, abogada y perito calígrafo, fundadora y CEO de la empresa Rubrikae, “la firma es un acto muy personal, que incluye rasgos personalísimos del firmante, y al realizarla lo que predominan son gestos automatizados inconscientes”.
El predominio de nuestro inconsciente a la hora de firmar, así como a la hora de escribir, hace que las particularidades gráficas de nuestra escritura se mantengan a lo largo del tiempo, puesto que nacen de gestos automáticos y son por tanto muy difíciles de modificar sin un gran esfuerzo.
Si el supuesto firmante de un contrato ha hecho un esfuerzo consciente para modificar su firma, ese esfuerzo dejará rastro en el trazo de la misma – en la presión, en la proporcionalidad, en la unión de los caracteres, etc. – y eso es lo que un perito calígrafo es capaz de detectar mediante un análisis comparativo entre la firma dubitada y una firma reconocida por el supuesto firmante. Es lo que se llama la prueba pericial caligráfica o “cotejo de letras”.
Para realizar la prueba pericial, además de comparar la firma dubitada con una reconocida por el firmante, también se recoge un cuerpo de escritura en el juzgado, que es un texto de unas 10 líneas que se le pide redactar al supuesto firmante. Según Ana Tapia, “en la última línea es prácticamente imposible que una persona escriba con una letra que no es la suya, puesto que ya está escribiendo de forma inconsciente, sin pensar.”
¿Qué es una firma dubitada?
En términos jurídicos, una firma dudosa se denomina firma dubitada. En un proceso judicial, la firma dubitada se compara con una firma indubitada que, o bien se realiza en presencia judicial, o bien se extrae de documentos públicos, como firmas realizadas en escrituras notariales, la firma del DNI o del pasaporte, etc. También puede compararse la firma dubitada con una firma previamente reconocida por la persona cuestionada judicialmente.
¿Cómo es el procedimiento de análisis comparativo de una firma manuscrita para verificar la identidad del firmante en caso de litigio?
Para comparar la firma dudosa (o dubitada) con una firma reconocida por el supuesto firmante, un perito calígrafo utiliza tres tipos de procedimientos:
- Procedimientos grafométricos:
Se analizan las analogías de las formas gráficas de la firma. - Procedimientos grafonómicos:
Se analizan elementos objetivables y medibles de la firma, como los ángulos del trazo, la lateralidad, la distancia entre grafías, el tamaño de los óvalos, etc. - Procedimientos grafoscópicos:
Se analiza la firma con microscopio estereoscópico, lupas móviles y medios digitales.
Las conclusiones de todas estas pruebas se plasman en un informe con formato judicial, (según NORMA UNE-197001:2011), que suele tener 30 páginas y en el que se detallan los pasos realizados en el proceso de análisis comparativo.
Este informe pericial es presentado y defendido por el perito calígrafo en el procedimiento correspondiente, en el momento en el que es citado para ello. El perito puede acudir directamente al juicio, si el proceso se tramita por la vía civil. Si el proceso es penal, también puede ocurrir que, en la fase de Instrucción, el juez solicite la ratificación del perito previa al juicio. A esta ratificación asisten los letrados, el perito, y muchas veces también el juez, pero no acuden las partes.
Por otro lado, existen ya algunos programas informáticos que analizan el desarrollo temporal de la firma y los movimientos de la mano para su estampación, así como los levantamientos del útil de escritura en su realización manual, siendo más difícil analizar el elemento grafonómico de la presión, pero siendo por el contrario más objetivables y medibles otros parámetros como la velocidad, el ritmo, la distancia intergramática o la cohesión gráfica.
Un perito calígrafo no es lo mismo que un perito grafólogo. ¿En qué se diferencian?
El perito calígrafo o caligráfico es quien determina la autoría de una firma. Utiliza una serie de procedimientos para analizar la escritura que le permiten validar o refutar la identidad del supuesto firmante.
En cambio, un perito grafólogo es quien estudia la escritura para analizar rasgos de la personalidad de un individuo.
En el caso de que el contrato se haya firmado con firma electrónica, ¿cómo es el procedimiento de análisis comparativo para verificar la identidad del firmante?
En la actualidad, cada vez es más común que entidades bancarias, aseguradoras y todo tipo de empresas utilicen la firma electrónica para firmar contratos y documentos. En caso de litigio, el procedimiento de análisis comparativo de la firma es el mismo que si la firma es manuscrita.
Lo único que cambia es el tipo de análisis previo, es decir, la forma en la que se recoge la muestra de la firma original: para poder comparar una firma dubitada realizada con medios electrónicos con una firma reconocida por el supuesto firmante, éste deberá realizar su firma en el juzgado en las mismas condiciones en las que realizó la firma cuestionada.
Tanto si la firma se ha realizado con un puntero en una tablet, desde el móvil firmando con el dedo índice, o desde un ordenador de sobremesa utilizando el ratón o el trackpad, el perito calígrafo puede analizar esa firma y compararla con otra realizada en las mismas condiciones.
Igual que en el caso anterior, el resultado del análisis se plasmará en un informe pericial que se presentará y defenderá en el procedimiento correspondiente, en el momento en el que el perito calígrafo sea citado para ello.
La realidad es que la tendencia es utilizar cada vez más las herramientas electrónicas para la realización de firmas. La principal aportación de la tecnología en este ámbito es la fiabilidad en la medición de los elementos objetivables, por un lado, y la supresión de la parte subjetiva por otro: al perito se le pueden “escapar” detalles, o puede interpretar resultados de forma errónea. La tecnología ofrece una garantía de fiabilidad muy superior.
¿Cuánto cuesta contratar los servicios de un perito calígrafo para verificar la identidad del firmante ante un tribunal?
En España, la realización de un informe pericial por una firma dubitada tiene un importe mínimo de 600€ + IVA. Este precio puede llegar a ser el doble o más en ciudades como por ejemplo Madrid o Barcelona, y también aumenta según el número de firmas dubitadas, a razón de unos 100€ más por cada firma que se analice, aproximadamente.
En el caso de la firma electrónica avanzada de Signaturit, la ventaja que ofrece nuestra solución es que incluye tecnología de captura de datos biométricos del firmante, lo que nos permite obtener datos del grafo que podemos poner a disposición del perito calígrafo en caso de que sea requerido por un tribunal.
La información biométrica que recogemos incluye los puntos que conforman el grafo, su posición, la velocidad y aceleración con la que se realiza y, en algunos dispositivos que ya lo permiten, también capturamos la presión con la que se realiza la firma.
En caso de que una firma realizada con nuestra solución de firma electrónica avanzada fuese dubitada, esta información biométrica podría proporcionarse al perito calígrafo, quien podría compararla con una firma realizada por el supuesto firmante ante un tribunal, utilizando nuestra herramienta de firma electrónica y con el mismo dispositivo que hubiera utilizado para realizar la firma dubitada.
Además de poder presentar un informe pericial, con la fiabilidad que confiere el hecho los datos biométricos que recogemos son imposibles de falsificar, quienes utilizan nuestra solución de firma electrónica avanzada disponen además de una serie de evidencias electrónicas recogidas durante el proceso de firma, que ofrecen información sobre la realización de la firma, como por ejemplo la localización del lugar donde se realizó la firma, la fecha y la hora o la dirección IP, entre otras.
Esta información, que podríamos llamar información del contexto, se incluye en un documento probatorio (audit trail) que también puede presentarse ante un tribunal como información complementaria para verificar la identidad del firmante en un proceso judicial.
Este post se publicó originalmente el 17 de enero de 2017.
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