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Sin duda, la digitalización de las empresas es un proceso imparable que está transformando prácticamente todos los sectores a un ritmo cada vez más acelerado. Desde luego, pocos ámbitos son ajenos a este cambio.
Así, en buena medida, se ha instalado el convencimiento generalizado de que, si no queremos quedarnos atrás, debemos adaptarnos a esta nueva realidad tecnológica lo antes posible. Sin embargo, muy a menudo, las empresas arrastran numerosas inercias del pasado y una fuerte resistencia al cambio.
En este artículo veremos en qué consiste este proceso de digitalización empresarial, qué beneficios puede proporcionarnos y cómo debería implementarse para tener éxito.
Definición de digitalización de la empresa
De forma muy sencilla, podemos decir que la digitalización de las empresas es el proceso de transformar en profundidad una organización empresarial, sobre la base de herramientas tecnológicas y orientando las distintas facetas del negocio hacia el entorno digital.
Por tanto, digitalizar una compañía no es, simplemente, utilizar un software determinado o tener perfiles en redes sociales.
Por el contrario, el proceso de digitalización de empresas es algo mucho más profundo, que debe partir de una verdadera estrategia de negocio global, que afecte a todos los ámbitos de la compañía. Por tanto, puede suponer un cambio en el modelo de negocio e incluso en los propios productos o servicios que se ofrecen. Pero, sin duda, conlleva necesariamente una transformación de la cultura empresarial.
De este modo, algunas de las características de una empresa digital exitosa son:
- La orientación hacia el cliente. Dado que los clientes se mueven cada vez más en el ámbito digital, la empresa debe reforzar su presencia en dicho entorno.
- Tener una cultura digital plenamente asumida y compartida por toda la organización.
- Utilizar el poder de los datos para mejorar el negocio en el ámbito digital. Sin duda, la tecnología de Big Data y las herramientas de inteligencia artificial están abriendo todo un universo de posibilidades para la empresa digital.
- Mejorar los procesos a través de la tecnología y reforzar el modelo de negocio con nuevas formas de monetización y otras estrategias de base digital.
- Consistencia y eficiencia en la relación con usuarios y clientes, dentro de una estrategia omnicanal.
Ejemplos de digitalización de empresas
Aunque, como hemos dicho, la digitalización de las empresas debe concebirse como un proceso global y de alcance general, podemos ver dos ejemplos concretos que encajarían perfectamente dentro de este proceso.
- La revolución del e-learning. Pese a que el éxito de la formación online ya era muy notable, la pandemia de 2020 le dio el empujón definitivo. En este sentido, la industria educativa abrazó la tecnología para transformar completamente la forma de impartir y recibir formación.
La mejora de las herramientas, la mayor receptividad del público y la total implicación de las empresas han producido una transformación digital que ya no tiene vuelta atrás. - Alimentación, delivery y servicios complementarios. De nuevo, la crisis sanitaria aceleró un proceso que ya venía creciendo desde hace años.
Así, el cambio de hábitos, la falta de tiempo y la mejora en el diseño de apps y procesos logísticos confluyeron en una nueva forma de consumo que ha llegado para quedarse.
Beneficios de la digitalización de las empresas
Los potenciales beneficios del proceso de digitalización de las empresas son muchos y muy variados. Así, entre otros, podemos destacar los siguientes:
- Llegar mejor a tus clientes. Sin duda, tus clientes actuales y potenciales están, cada vez más, en el entorno digital. De este modo, la confianza en nuevas formas de consumo y la digitalización de la vida cotidiana exigen que la empresa esté presente allí donde se mueven sus clientes.
- Acceder a nuevas oportunidades de negocio. La incorporación de nuevos usuarios, el cambio de hábitos de consumo, los nuevos modelos de suscripción de servicios, la rápida adopción de la tecnología, etc., abren enormes oportunidades para explotar nuevos productos o servicios que respondan a las necesidades del público.
- Ahorrar costes. Aunque la digitalización de las empresas puede exigir una importante inversión inicial, a medio y largo plazo va a suponer grandes ahorros. Así, desde algo tan sencillo como la eliminación del papel, hasta la automatización de procesos o la explotación de los datos, el impacto económico puede ser enorme. En este sentido, una solución de firma electrónica como la que ofrece Signaturit puede ser la herramienta perfecta para incorporar la digitalización a distintos ámbitos de tu negocio.
- Mejorar la satisfacción del cliente. Sin duda, si la digitalización de la empresa hace más rápidos los procesos, mejora la comunicación directa y omnicanal con el usuario y permite prestar un mejor servicio, la satisfacción global de los clientes aumentará de forma notable.
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Cómo empezar a digitalizar mi empresa
Si quieres iniciar el proceso de digitalización de tu empresa, te recomendamos que tengas en cuenta los siguientes consejos:
- Diseña una estrategia global. Como decíamos, la digitalización de empresas no puede concebirse como una simple incorporación de tecnología en ámbitos aislados y sin un plan bien definido. Por tanto, aunque luego se implemente de forma progresiva, debe concebirse como una transformación profunda que llegue a todos los ámbitos del negocio.
- Transforma la cultura de tu empresa. La verdadera digitalización empresarial supone un cambio en la cultura organizacional que debe afectar e implicar a todos los trabajadores. Por tanto, es necesario un esfuerzo en formación y comunicación que permita que todos los activos de la empresa remen en la misma dirección.
- Escucha a tus clientes. Trata de evaluar las nuevas necesidades de tus clientes, tanto actuales como potenciales, y busca la mejor manera de satisfacerlas. La transformación digital no tiene sentido si comienza y termina en el ámbito interno.
- Rediseña procesos sin anclarte en el pasado. La digitalización de empresas no puede limitarse a un cambio meramente cosmético ni a «poner parches tecnológicos» en procesos que ya no funcionan. Como decíamos, el enfoque debería ser más profundo y global, replanteándose incluso las propias bases del negocio.
En definitiva, la digitalización de las empresas es ya un proceso imparable y que, previsiblemente, se hará más rápido y más profundo en los próximos años.
En este sentido, si quieres garantizar la supervivencia de tu negocio, no tienes otra alternativa más que su transformación profunda y la adaptación a un nuevo entorno que es dinámico, exigente y, en buena medida, imprevisible.
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